El rey de los Pirineos, ese puerto que todo el mundo conoce, donde se han librado grandes batallas ciclistas. Desde 1910 que se ascendió por primera vez en el Tour de Francia, millones de ciclistas han intentado llegar a su cumbre. El primero que paso fue Octave Lapize, tras la idea de Henri Desgrange de incluirlo en el recorrido del Tour gracias a la mentira de Alphonse Steinés, cuando en el famoso telegrama le decía que la ruta estaba perfecta.
Nosotros empezamos nuestra ruta desde el lago de Payolle, así los kilómetros llanos previos nos ayudarían a calentar las piernas. Llegamos a Sta Marie de Campan y empieza el puerto, los primeros kilómetros son bastante llevaderos, pero enseguida empiezan a subir los porcentajes y hay que quitarse ropa.
Poco a poco va desapareciendo la vegetación, llegamos a la zona de las viseras y debemos parar, porque un gran pelotón de ovejas esta haciendo el recorrido inverso a nosotros, bajando de la cumbre antes de que llegue el invierno. Ya solo quedan 5 kilómetros, los mas duros. Que distinta se ve La Mongie de un día de Tour a una jornada de octubre.
Poco a poco y con tranquilidad, vamos afrontando los últimos kilómetros,los que no tienen vegetación pero si bastantes curvas, llegamos a la última recta donde se vislumbra a lo lejos el ciclista, esa gran estatua que corona la cumbre y te confirma que has conquistado el rey de los Pirineos.
Arriba las fotos de rigor, para poder presumir después con los amigos ciclistas y para abajo, porque el viento no para de soplar y no es cuestión de enfriarse.
Bajamos con mucho cuidado por la humedad y los restos que han dejado nuestras amigas las ovejas, y para la furgoneta, donde nos espera nuestra recompensa, comprada en la mejor panadería de toda la region.
0 comentarios :
Publicar un comentario