Un día empezaron los
problemas, no sabes ni cuándo ni que los genero, pero poco a poco vas notando
que tu cuerpo sufre unos cambios digestivos, que otra gente no sufre. Los días
pasan y continúas con dolor abdominal, distensión, diarreas y flatulencias. El
medico opina que son nervios, algo que te ha sentado mal, será un virus. Pero
tu cuerpo no mejora, al contrario cada vez va a peor y ya no recuerdas el
último día ¨bueno¨ que tuviste.
Te derivan al digestivo, te
hace pruebas y más pruebas (análisis de todo tipo, gastroscopias) y finalmente
un día te dice: ya tengo tú diagnóstico, eres intolerante a la lactosa.
La lactosa es un azúcar que está presente en todas las
leches de los mamíferos: vaca, cabra, oveja y en la humana, y que también puede
encontrarse en muchos alimentos preparados. Es el llamado azúcar de la leche, un
disacárido natural compuesto de glucosa y galactosa. El cuerpo humano para
poder realizar el desdoblamiento de la lactosa (proceso necesario para su absorción
por nuestro organismo), en glucosa y galactosa, necesita una enzima llamada lactasa.
Esta enzima que se produce en el intestino delgado, si sus valores son bajos o realiza
mal su trabajo, empiezan los problemas.
Por tanto, la intolerancia a
la lactosa significa que no hay suficiente lactasa en el intestino delgado,
para romper toda la lactosa consumida.
Las primeras semanas son
difíciles, tanto al realizar las compras como al cocinar, leyendo y leyendo
etiquetas. Una recomendación es que entréis en la página de ADILAC (Asociaciónde Intolerantes a la Lactosa España) donde vais a encontrar mucha información y
ayuda.
Pero llega el momento de comprar productos para la
bici: geles, barritas, bebidas isotónicas, proteínas, recuperadores. Y piensas….
¿y yo ahora como me alimento? ¿Tengo que sobrevivir en mis rutas de bici a base
de frutas y frutos secos?
Cuando vayáis a comprar
algunos productos presentan este logo, que os certifica que no lleva lactosa.
Eso sí, la mayoría de los productos deportivos no llevan el siguiente símbolo.
Los suplementos deportivos es
un tema que puede ser complicado, ya que la mayoría contienen lactosa o
proteína de leche. Olvidaros del suero de leche y del tipo Whey. El mejor
recurso para el aporte de proteínas son las de origen vegetal, como la soja o
de origen animal como carne o huevo.
En el apartado de la
recuperación, podéis utilizar aminoácidos como BCCA-glutamina-leucina-creatina.
Otra opción es el ß-hidroxi-ß metilbutirato (HMB ).
La leucina también la podéis
añadir a las proteínas de origen vegetal para mejorar su calidad.
Cuando vayáis a carreras o marchas
cicloturistas, vuestros bolsillos del maillot van a simular que vais a la
guerra. Debéis olvidaros de comer nada en los avituallamientos, salvo en el
puesto de la fruta (plátanos, manzanas y naranjas normalmente). Todo lo demás
lleva lactosa, así que no os arriesguéis a probarlos.
Vuestro organismo se ira
adaptando poco a poco a la nueva dieta, y veréis como cambia vuestro cuerpo.
Las nuevas incorporaciones que hagáis en vuestra dieta, siempre probarlas en un
entrenamiento, en la dosis y cantidad que queráis utilizar en la competición. Nunca experimentéis o probéis un nuevo
producto el día de la competición.
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