Bales mas Peyresourde

El primer día de calor en territorio galo, de esta primavera lluviosa que nos ha brindado el año 2018,  decidí ir a probar la ruta 13 de Zona Zero Road. Inicie la ruta en la localidad francesa de Ancizan a las 10 de la mañana, con el objetivo de subir Balés, Peyresourde y Azet, aunque el menú del día lo adapte al tiempo, las condiciones meteorológicas y la fatiga. 


Los primeros kilómetros fueron muy complicados, por la carretera principal del Valle de Aure hasta la localidad de Hèches, donde coges una carretera secundaria estrecha , pero que te permite rodar con tranquilidad, disfrutar de unos paisajes espectaculares y ofrecerte sorpresas como que te acompañen corzos en tu ruta.



Después de un llaneo cruzando poblaciones pequeñas, llegamos a Saint Bertrand de Comminges, en la antigüedad ciudad de los Convènes y actualmente declarado como uno de los pueblos mas bonitos de francia. Aqui hicimos una pausa en nuestra ruta, para admirar la catedral de Sainte-Marie de Saint-Bertrand de Comminges y sacar unas fotos.

La catedral

Restos de la basílica paleocristiana
Seguimos con nuestra ruta, añadiendo un destino mas a mi lista de sitios pendientes de visitar, ya que esta zona bien vale un fin de semana de turismo. 
La cazadora cazada

Dejamos atrás la llanura de Lannemezan, para aproximarnos poco a poco hasta Mauléon-Barousse, pueblo desde el que parte el puerto de Balés. Empezamos el puerto, una rampa al 7% para darnos la bienvenida, donde leemos el cartel de puerto cerrado y nos cruzamos con tres ciclistas.



Decidimos seguir, si en algún momento no podemos continuar, nos iremos por donde hemos venido. Los siguientes seis kilómetros son bastante llevaderos, incluso paramos a admirar la gran secuoya.


¿Donde esta Germán?

Una vez pasado el complejo residencial de les Chalets Saint-Nérée se acaba lo bueno, en la transición entre el kilómetro 8 y el 9 de ascensión, el puerto te da la primera bofetada, con una rampa al 12 % que te da los buenos días. La dinámica del puerto sera esa, rampas infernales y después leves descansos, por lo que no os fiéis de los carteles que marcan el porcentaje medio de los kilómetros, ya que no es representativo de lo que os espera. Aprovechando el llano que nos ofrece a 6 kilómetros de la cima, paramos para hacerme una tira de glucosa y comer algo.



Miro mis botellines y están casi vacíos. El calor junto a la humedad que suelta el bosque están haciendo mella en mi cuerpo, y noto los primeros síntomas de deshidratacion. Aunque German se opone, acaba cediendo y rellenamos con el agua de uno de los riachuelos. Los siguientes tramos aumentan en dureza, las rampas son mas largas y mas duras, la vegetación empieza a desaparecer y pedaleamos entre prados.


Dos rampas al 11% y llegamos arriba, después de 20 kilómetros y 1178 metros de ascensión. 

Bajada larga, al principio con un poco de gravilla y unas rampas empinadas. Seguimos descendiendo entre pequeñas poblaciones donde puedes dar pedales, y tras dos kilómetros en los que vuelven las rampas muy empinadas, sin apenas transición se inicia el Col de Peyresourde que te da la bienvenida con una cuesta al 12%. 

Al pasar por St Aventin, nos detenemos en la fuente, y tras intercambiar algunas palabras con un local, continuamos con nuestra ascensión. 9 kilómetros para la cima. Esta vez perdemos la referencia de los apreciados carteles, que tiene los puertos franceses y debemos guiarnos por el gps y las referencias visuales. Tan apenas hablamos, el cansancio y la fatiga se nota. Paro para mirar la glucosa, hacer una ruta tan larga sin sensor, hace que tengas que ir parando cada cierto tiempo a mirarte. A falta de tres, aparece un cartel y lo recibimos como agua de mayo. 


Tras dos rectas, llegamos a Portet de Luchon y Germán pensando que el puerto ya se acababa, al ver el zigzag famoso por los ataques de Contador a Rasmussen, exclama Como no cae una bomba que lo aplane todo. El ataque de risa que me da por su frase, casi me impide pedalear. El siempre me va animando y hablando, en estas curvas me va a tocar hacer su papel. Le voy contando como eran aquellos ataques, donde y con quien veia esa etapa, y como al otro lado de la montaña todos esperábamos impacientes la llegada de los corredores.
Segundo puerto de la jornada y segunda conquista. Ahora deberán buscar las siete diferencias entre los dos.



Una vez arriba, decidimos recortar la ruta y bajar directamente hacia Arreau, omitiendo la ascensión a Val Louron-Azet, ya que hay una tormenta instalada en su cumbre y llevamos fatiga acumulada. El descenso fácil, permite dar pedales y disfrutar de las vistas sobre el lago de Genos-Loudenvielle. 


Si tras una ruta de esa magnitud, sigues teniendo fuerzas y ganas de sonreír, es sinónimo de que has disfrutado, algún día repetirás y seguro que la recomiendas.


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