2 años han pasado desde que me colge el ultimo dorsal, en la Quebrantahuesos del 2019.
2 años es mucho tiempo, pero es el periodo que el maldito coronavirus, nos ha privado de compartir pelotón en nuestras queridas cicloturistas.
Después de algunos aplazamientos y cancelaciones, la Pyrénéenne, en su modalidad de 2 Vallées, fue la elegida.
A las ocho de la mañana tomábamos la salida, Germán, mi padre y yo desde la rue Vicent Mir de Saint Lary-Soulan. Después de un breve calentamiento, en la localidad de Guchen empezaba la primera dificultad del día, la Hourquette d’Ancizan (1564m). No es un puerto muy duro, ya que son 10 kilómetros al 8%, pero las peores rampas y los kilómetros con mas pendiente están al principio, por lo que en mi caso me costo pillar el ritmo. Una vez pasado el arroyo de Erabat el porcentaje disminuye y el puerto se sube mucho mejor.
En la cima nos esperaba el primer avituallamiento del día, como había previsión de mucho calor, cargamos nuestros botellines y nos lanzamos a por la bajada. Primera dificultad de la bajada, un burro en mitad de la calzada que había dejado minada toda la carretera. Y segunda dificultad, despues de pasar unas cabañas de pastores, tienes que afrontar la rampa del arroyo de Artigou. 1 kilometro al 8 %.
Después viene el descenso hasta el lago de Payolle con alguna curva peligrosa. Allí se formo un gran pelotón, con el que fuimos atravesando cómodamente las localidades de St Marie de Campan y Bagnères-de-Bigorre.
Tras atravesar esta localidad, se encontraba el segundo de los avituallamientos, donde un grupo de voluntarias nos acogieron alegremente y cumpliendo las medidas sanitarias perfectamente. Y vaya vistas que tenían, estos franceses son únicos a la hora de instalar los avituallamientos.
Aqui empezamos a atravesar la region de los Baronnies, una zona de media montaña, con sus pueblos típicos, carreteras estrechas, poca circulación y un asfalto rugoso que se agarra demasiado. Una zona con mucha vegetación, que sumado a que ya empezaba a hacer calor, hizo que la ascensión al col de Coupe (4km al 5% ), se hiciera un poco mas dura de lo normal. Una vez en su cima, se inicia un falso descenso hasta Hèches.
Una vez allí, toca remontar todo el valle d’Aure hasta la meta de Saint Lary-Soulan, en compañía de un cicloturista de Bordeaux que a sus 75 años era la primera vez que venia con mucha ilusión y muy buenas piernas a La Pyrénéenne.
Al cruzar la meta, te dan a elegir entre finalizar allí o afrontar una ultima ascensión, el Col du Portet. Eran las 13h, el termómetro marcaba 35 grados y afrontar una subida de 16 kilómetros al 8,7% donde las sombras escasean, no era la mejor opción. Así que decidimos disfrutar del avituallamiento final y la excelente comida que nos proporcionó la organización.
110 kilómetros
1800 desnivel positivo
100% cicloturismo
Me encantaría en un futuro disfrutar de las pruebas cicloturistas y del ciclismo en general, como lo hacen las parejas ciclistas con las que he compartido ruta en esta prueba. Pedaleando juntos, a su ritmo y divirtiéndose con la bicicleta.
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